Caminar sin rumbo también puede tener propósito

A veces, salir a caminar necesita una chispa. Para mí, esa chispa es una paloma que anida en mi jardín. Una vez afuera, el paseo fluye.

Caminar con intención lo cambia todo

Rob Walker, autor de The Art of Noticing, propone dar a cada paseo una "misión" para mantenernos presentes y atentos.

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Sin atención plena, podrías quedarte atrapado en tus pensamientos... ¡y perderte las maravillas a tu alrededor!

Caminar es medicina

No necesitas 10.000 pasos. Solo 4.000 al día ya aportan beneficios para el corazón, el ánimo y la mente.

Despierta
tus oídos

Haz un “recorrido sonoro”. Escucha tu barrio: desde gallos hasta bocinas de puentes. Hay un mundo que no se ve, pero se oye.

Haz un calendario urbano

Saca fotos como si prepararas un calendario de tu barrio. ¿El tema? Lo que tú quieras: buzones raros, bolardos, señales…

Juega con colores y cuentas

Elige un color y encuéntralo por todas partes. O cuenta cosas: gorras, perros, tatuajes. Convertir el paseo en un juego te mantiene curioso y en movimiento.

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