Hasta el 45% de los casos de demencia podrían prevenirse con cambios simples en tu rutina. Nunca es demasiado pronto para empezar, y cada segundo cuenta.
Traumatismos en la cabeza aumentan el riesgo de demencia. Usa casco siempre que lo necesites: bici, moto, deportes extremos.
Protégete por fuera para cuidar lo de dentro.
¡Tapones hoy, memoria mañana!
La pérdida auditiva puede llevar al deterioro cognitivo. Usa protección contra ruidos fuertes y revisa tu audición regularmente.
Ver bien también es pensar bien.
La pérdida visual está ligada a la demencia. Hazte chequeos oculares y corrige tu vista cuando lo necesites.
Camina, estírate, cambia tu silla.
El movimiento mejora el flujo de oxígeno al cerebro. Evita estar mucho tiempo sentado: usa bancos o taburetes y camina cada 20 min.
Colesterol bajo, mente alta.
Evita carnes rojas y azúcares. Duerme bien, mantén un peso saludable y haz ejercicio. Todo suma para cuidar tu cerebro.
Las infecciones bucales y el aislamiento afectan tu salud cerebral. Visita al dentista y ¡únete a un club o grupo social!
Cuida lo invisible.
Contaminación y lesiones cervicales afectan tu cerebro. Usa mascarilla cuando el aire esté sucio y evita masajes agresivos en el cuello.